El cuerpo de la mujer gestante experimenta númerosos cambios tanto a nivel ESTRUCTURAL (la cadera se ensancha para prepararse al parto, la curva lumbar se acentúa), como HORMONAL (se produce relaxina que induce una mayor elasticidad articular, afectando también a la laxitud articular), VISCERAL (se producen compresiones de muchos órganos debido a que el útero, progresivamente con el crecimiento del feto, ocupa el espacio que antes ocupaban las otras vísceras), o RESPIRATORIO (debido a la compresión visceral, el diafragma no puede expandirse correctamente y provoca dolores costales o dificultad a la inspiración profunda).
Todos estos cambios causan una serie de desequilibrios y disfunciones que disminuyen el estado de bienestar.
La osteopatía durante el embarazo resulta especialmente agradecida, desde las primeras semanas, hasta el final de la gestación, tanto para el bienestar de la mujer como del niño.
Tras el parto, también es importante recuperar el equilibrio estructural y visceral anterior al embarazo.
Todas las técnicas y maniobras osteopaticas practicadas durante el embarazo son muy ligeras y suaves, y no son perjudiciales para la embarazada ni para el feto.
Molestias que se pueden tratar durante el embarazo incluyen:
Dolores musculares (lumbares, cervicales,..), dolor abdominal, estreñimiento, acidez, reflujo gástrico, hemorroides, retención de líquidos, problemas circulatorios, ciáticas,etc.